Los catálogos pueden ser de muchos tipos y muy variados, no sólo en el contenido sino también en el formato, encuadernación, colores... Dependiendo de esas variables, hay que preparar el arte final o documento a la hora de enviar un catálogo a imprenta de una manera determionada.

Contenido
Cómo preparar un catálogo para enviarlo a imprenta
El primer paso es informarse cómo trabaja la imprenta a la que vamos a enviar el catálogo a imprimir. El método de trabajo varía mucho según la empresa y del método de producción que utilice. Por lo general, las imprentas online dan más posibilidades y ofrecen una información más accesible en sus sitios webs que una imprenta física.
Debemos ponernos en contacto por teléfono, a través de un correo electrónico o del formulario de contacto de la web y preguntar todo lo necesario para no tener contratiempos por no habernos informado antes.
Algunas preguntas básicas pueden girar entorno al tipo o modo de impresión, si es offset o digital, formatos disponibles, si manejan algún flujo de trabajo que automatice gran parte del montage y creación de planchas, tipos de papel que utilizan, si permiten tintas o impresiones especiales (dorado, plata, barniz ubi), golpe seco, tipos de archivo que admiten...

A la hora de entregar el catálogo es importante saber cómo hacerlo, si es una imprenta local podemos llevarlo en un pendrive o disco duro portátil (los CD o DVD apenas se utilizan ya), y si se trata de una imprenta online se puede enviar un archivo por internet a través de su servidor o como nos indiquen desde nuestro propio ordenador.
Seguramente, si no perteneces al mundillo del diseño o la imprenta, algunos conceptos te sonaran raros y tal vez no necesites saber nada sobre ellos, pero algunos marcan la diferencia entre tener un catálogo básico o tener un catálogo de prestigio (y también más caro).
Programas y formatos de archivo para maquetar catálogos
Los programas o palicaciones que permiten maquetar catálogos en condiciones se cuenta con los dedos de una mano, y sobran. La mayoría de imprentas utilizan Adobe Indesign o QuarkXPress, un software profesional que cubre todas las necesidades que puedan surgie a la hora de crear un proyecto y prepararlo para imprenta.


No es por gusto, sino por necesidad. La compatibilidad con los programas utilizados en flujos de trabajo o métodos de impresión sólo se lo asegura utilizinado las aplicaciones anteriores.
Proporcionar los archivos en estos programas permite, en muchos casos, realizar pequeñas correcciones o modificaciones después de enviar un catálogo a imprenta, como corregir erratas o sustituir una imagen que nos han hecho llegar a última hora.
Esta lista puede ampliarse con otros programas como Adobe Illustrator (heredero de Macromedia Freehand) o Corel Draw, específicos para realizar ilustraciones, pero que permiten crear y exportar archivos en formatos compatibles para imprimir con calidad vectorial.
No me olvido del software libre, como puede ser Scribus o Inkscape, con los que se pueden crear catálogos muy profesionales, pero no aptos para enviar a imprenta, a no ser que los exportemos a un formato de archivo compatible.
El mejor formato para enviar un catálogo a imprenta
Independientemente del programa utilizado, para gustos los colores, es muy aconsejable encapsular todo el proyecto en un único archivo a la hora de enviar un catálogo a imprenta. Y ese archivo es un PDF.

El formato PDF se encarga de incrustar las fuentes utilizadas, las imágenes, el perfil de color y toda la información necesaria para que el trabajo no se distorsione a la hora de abrirlo en un ordenador diferente al que se ha utilizado para confeccionar el catálogo.
Con este formato nos asegurarnos que la imprenta no realizará cambios estructurales en la maquetación sin nuestro permiso, pero bloqueamos la posibilidad de realizar pequeños cambios al tratarse de un archivo cerrado. Por este motivo es muy importante realizar una supervisión completa antes de exportar el arte final a este formato.
Utilizar el perfil de color adecuado
Los ordenadores trabajan con colores RGB de pantalla, mientras las imprentas utilizan colores de cuatricromía CMYK. Esto ha ocasionado una lucha constante y perpetua para conseguir ver impreso lo que hemos creado en la pantalla. Por eso es muy importante trabajar en consonancia con los programas y perifericos que tengamos, y tenerlos calibrados correctamente.
Este es un tema muy amplio para tratarlo aquí, pero si quieres unos buenos resultados acordes con lo que ves en tu monitor, tienes que utilizar el mismo perfil de color que utiliza la imprenta para su producción. ¿Cómo lo hago?, preguntando a la imprenta o buscando información concreta en su web.

Por norma general las imprentas en Europa utilizan el perfil CMYK (FOGRA 39), esto conlleva una serie de pautas a la hora de trabajar en la maqueta y antes de enviar un catálogo a imprenta.
- Todas las imágenes deben estar en CMYK
- La densidad de negro enriquecido tendrá unos valores máximos de 30C 30M 30Y 100K para evitar retintados o que se sobre empaste provocando pérdida de visibilidad.
- Los textos negros sólo deben tener color negro - 0C 0M 0Y 100K para garantizar una gran nitidez.
Adjuntar, incrustar o contornear las fuentes
No todos los ordenadores disponen de las mismas fuentes instaladas, debemos proporcionar toda la información necesaria a la hora de enviar un catálogo a la imprenta, y parte de esa información son las tipografías.
Si utilizamos los archivos originales, por ejemplo de Adobe Indesgn, debemos "empaquetar" el trabajo para que el programa agrupe todas las fuentes utilizadas en una carpeta que podemos luego compartir junto con el archivo principal.

Si no podemos crear un paquete con todo lo necesario entonces hay que crear un archivo que contenga toda esa información. Ya hemos hablado del archivo PDF, pero en esta ocasión tenemos que configurar la creación de este archivo para que incruste las fuentes.
Si la aplicación o programa no permite crear PDFs, o no disponemos de una impresora virtual que podamos utilizar para tal fin, entonces sólo queda vectorizar, contornear o pasar a curvas todo el texto para que mantenga la apriencia una vez enviemos el trabajo a imprenta.
Sangrado y margen de seguridad
La última recomendación básica, sin entrar en temas de diseño, es ofrecer unos espacios que permitan un acabado o terminación adecuada. Esos espacios son la sangre y el margen de seguridad.
Cuando decidimos enviar un catálogo a imprenta hay que tener pensados estos valores, el exceso o ausencia de ellos provocarán un resultado no deseado.
Es fundamental añadir un mínimo de 3mm alrededor del documento para garantizar que el corte del papel, cuando pase a encuadernarse el catálogo, no deje bordes sin cubrir de tinta cuando tendría que haber una imagen hasta el límite de la hoja o una mancha de color que lo cubra todo.
La sangre garantiza un acabado perfecto en ese sentido y no podemos olvidarlo.
Por otro lado está el margen de seguridad, que se encarga de mantener dentro del documento el contenido que queremos mostrar. Este no puede encontrarse muy cerca del borde, pues al contrario que la sangre, se podría cortar a la hora de encuadernar y no se mostraría en el catálogo.
Siempre hay que dejar un margen de seguridad hacia el interior que garantice y mueste perfectamente todo lo que queremos enseñar. Estos márgenes dependerán en buena medida del tipo de diseño y del formato de encuadernación.
Como consejo personal, si elegimos una encuadernación con grapas, estos márgenes deberán ser mayores de lo habitual porque según se embuchan las páginas los márgenes se reducen hacia las páginas interiores. Esto pasa porque se va sumando el grosor de las hojas en la doblez del catálogo y las páginas centrales vam perdiendo el margen exterior.

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